Cuidado runners, «el comehombres» acecha

el hombre que comia runners

El hombre que comía runners, una dantesca e increible historia que esta pasada primavera, bajo una nota de prensa, me mostraba mi amigo Txus.

¿Os imagináis un Hannibal Lecter que se alimentara de runners?
Pues esto es lo que sucedió en los años 90 en la localidad de Peribeca (Venezuela).

José Dorancel Vargas nació un 14 de mayo de 1957 en el seno de una familia muy humilde dedicada a la agricultura.

Con once hijos que alimentar la situación económica casi rozaba la pobreza y eso originó que José dejase la escuela a edad temprana y que empezase a delinquir y mostrar extrañas conductas como beber la sangre de gallinas y vacas.

jose dorancel vargas
José Dorancel Vargas (Fuente: Internet)

Años más tarde José ingresaría en un hospital psiquiátrico diagnosticado de esquizofrenia paranoide. A su salida del hospital, sin trabajo ni casa, José se vio obligado a vivir bajo un puente en Peribeca junto a otros mendigos.

Parecía que estaba rehabilitado hasta que saltaron las alarmas con la desaparición de Cruz Baltasar Moreno. La policía comienza a investigar el caso hasta dar con el puente y encontrarse los pies y manos de la victima y la confesión de uno de los mendigos que culpaba a José de engullir a Cruz «aún con el corazón caliente».

Solo dos años permaneció internado en el centro de rehabilitación psiquiátrica ya que según el centro «no presentaba ningún peligro para la sociedad «. Lo que no sabían es que todo iba ir a peor y dos años después volvería a consumir carne humana.

Runners desaparecidos

Rondaba el año 1999 cuando comenzaron las denuncias por desapariciones. Lo curioso era que todas tenían algo en común, hombres que salían a correr y nunca regresaban a casa.

Con este dato la policía no tardó en encontrar varios cadáveres, o mejor dicho restos de cadáveres, ya que solo encontraban semienterrados pies, manos y alguna cabeza.

En un primer momento se pensaba que eran ajustes de cuentas entre bandas de narcotraficantes pero rápidamente se descartó al ver que ninguna de las victimas tenía que ver con este mundo.

La chabola de los horrores

Tirando de historial la policía encontró el caso de José y comenzaron los rastreos por zonas donde vivían personas sin hogar.

Días después encontrarían una chabola vacía en cuyo interior se encontraban varios recipientes llenos de carne humana lista para ser cocinada además de pies, manos y cabezas.

Unas horas más tarde Dorancel era detenido a la llegada de su «dulce hogar».

el comegente en la actualidad
El Comegente en la actualidad (Fuente: Internet)

"El comegente", "El comehombres" o "El Hannibal Lecter de los Andes"

Estos fueron algunos de los apodos que la prensa y sociedad pusieron a José al conocer sus múltiples crímenes que confesó con pelos y señales ante la policía.

“Yo sólo como partes con músculos, especialmente muslos y batatas (gemelos), que es mi parte favorita… con la lengua hago un guisado muy rico y los ojos los utilizo para hacer sopa, lo cual es muy nutritivo y sano”

“No me arrepiento de nada, como dice la iglesia, yo compartí mi pan con el prójimo y muchos me alabaron por el relleno de mis empanadas”

“¿Usted ha comido peras? Pues, igual: como comer peras”

Con declaraciones como estas era evidente que se trataba de una persona totalmente desequilibrada debido a su enfermedad.

El hombre que comía runners

Solo hombres (ni niños, ni mujeres) de entre 30 y 40 años, de aspecto saludable, por este motivo lo de escoger runners.

Se escondía entre matorrales a orillas del río Torbes y cuando pasaba su víctima le asaltaba clavándole una lanza hecha por él mismo y provocándole la muerte.

Seguidamente arrastraba el cadáver a un lugar apartado para descuartizarlo y llevarse las partes del cuerpo que le interesaba a su chabola donde las cocinaría.

Una vez realizado el banquete enterraba las manos, pies y cabeza por los alrededores ya que las partes duras no le gustaban porque le provocaban indigestión.

el hannibal lecter de los andes
Varias son las entrevistas que podemos encontrar en YouTube

Una mala sentencia

A día de hoy «El Comegente» se encuentra en un calabozo de la comandancia de Policía de Táchita y sigue esperando su traslado a un recinto médico que se ajuste a sus necesidades.

La propia magistrada explicaba en la sentencia que este no un buen lugar para una persona enferma pero de momento Dorancel no representa un peligro ni para sí mismo ni tampoco para los demás.

Si te ha gustado ¡Compártelo!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on telegram
Telegram
Share on email
Email

Recibe mi newsletter

Para estar al día de las últimas reviews en material, carreras, sorteos...